NI SI NI NO, SINO TODO LO CONTRARIO
Se lo oí con frecuencia a mi padre. De vez en cuando, ante alguna pregunta, nos sorprendía con esta retahíla de síes y noes y desconcierto posterior. No siempre lo aceptábamos de buen grado y me recuerdo preguntando de nuevo, ¿pero es sí o es no?... eso no es una respuesta.
Me ha costado muchos años (más vale tarde que nunca) entender el mensaje profundo escondido tras este semi-juego de palabras: todo es relativo, no existe una verdad total, sino que todo puede ser blanco o negro o los matices intermedios. Y ahora que siento necesidad de que las cosas sean fijas y constantes, que todo esté claro y que las personas sean predecibles, comprendo que lo único que hay es la realidad de un mundo en que nada es absoluto. Y he tenido que re-aprender a vivir con la incertidumbre, con esa misma incertidumbre que me provocaban las palabras de mi padre.
Ahora entiendo que ni es que sí ni es que no, que no existe esa seguridad que justo ahora me vendría de perlas. Pero quizá sea mejor así… por lo menos seguro que es más emocionante.
domingo, 6 de noviembre de 2011
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