jueves, 2 de febrero de 2012

MODO SUPERVIVENCIA

EN MODO SUPERVIVENCIA

La época de crisis global que vivimos nos resta energía. No sólo a nivel económico se producen cambios y mermas, sino que en general, un momento de incertidumbre como el que estamos nos hace gastar energía y no es momento, ni en lo económico ni en lo personal para derroches.

Por eso sugiero que nos coloquemos mentalmente en modo supervivencia, que consiste en:

- No gastar energías en lo que no vale la pena; céntrate en lo que realmente es importante y deja de lado lo demás, lo que no es imprescindible. ¿Qué es lo importante realmente? ¿en qué vale la pena gastar energía? Dedícate a ello. El resto, puede esperar. En una economía –también la mental- de subsistencia lo superfluo es un lujo. Toma nota de lo que realmente importa, llámese trabajo, familia,… y dedica tu tiempo y energía a ello.

- Buscar fuentes de recuperación, la vida fuera del trabajo o la casa, la pareja, las aficiones, amistades,… no se puede gastar sin reponer; hay actividades que nos hacen sentir mejor, vamos a por ellas. Dedica tiempo a todo aquello que te resulta positivo. Busca nuevas fuentes, nuevos lugares donde encontrar repuestos energéticos. A bote pronto, los recursos infalibles para recuperarse son: los afectos, el cariño, el que damos y el que recibimos; pasa tiempo con las personas a las que quieres y te quieren; disfruta del cariño; y otra forma de recuperar es hacer lo que te gusta, dedicarte a lo que te resulta placentero, sea leer, pasear, hacer deporte o escuchar música; da lo mismo, haz lo que te gusta, porque el resto del día seguramente no tengas que hacer cosas que no te agradan y hay que compensar. Es importante que dediques un tiempo fijo y lo más concretado en el horario posible, para que se convierta en un hábito y forme parte del día a día. Cuanto más concretes, mejor. Una tercera fuente de recuperación de energía, paradójicamente, es gastar parte de la propia en favor de los demás cuando lo necesitan, porque lo que hacemos saliendo de nosotros mismos nos acaba enriqueciendo.

- Evita escapes. Esas pequeñas fisuras por donde se escapa sin notarlo. El escape es peligroso por lo silencioso y repetitivo, porque sin darnos cuenta vacía los depósitos. Un escape puede ser todo aquello que resta poco a poco, el tomarse las cosas con poco garbo, el pensar que es inevitable lo que ocurre, el centrarse sólo en lo negativo… el pensar sólo lo peor… las cosas que puedo dejar de hacer si que se hunda el mundo y que sigo haciendo a pesar de que no me gustan o no me aportan nada, como costumbre… cada uno tenemos nuestros escapes… que con un poco de cuidado podemos taponar.


- Y por último, no dejar que nadie nos "chupe" la energía. Fuera todos los vampiros, con permiso de Drácula y todas las nuevas películas de pseudo-vampiros. Aléjate de quien sólo te aporta cosas negativas, porque para ti es una forma de sobrevivir. Esas personas que cuando estamos cerca acabamos agotados, que sólo ven la realidad con ojos tristes o negativos o que sólo piensan en sí mismos sin darse cuenta de que los demás existimos… restan energía. Fuera. Estamos en modo ahorro.



Cuando todo pase… podremos volver a otro tipo de economía, pero con la lección aprendida.