Ayer sentí vergüenza y rabia al ver el programa con esta trama en la televisión -la democracia familiar televisiva lo impuso- y sentir cómo los indígenas se sentían engañados, tristes, con un llanto que clamaba al cielo y una pregunta repetida en las tres tribus: "Si ya eres uno de nosotros, ¿por qué te marchas?".
Pobres, no saben que era un concurso, que el objetivo era el premio y que, una vez más, hemos demostrado nuestra capacidad de conquistar, esta vez con la sutil técnica de entrar a formar parte del grupo para luego dejarlo al descubierto.
Cosas de la tele. ¿La nueva conquistadora?
No hay comentarios:
Publicar un comentario